LA CUESTIÓN DEL DESARROLLO, EL DESARROLLO EN CUESTIÓN. El legado Nuestroamericano

22.07.2014 11:58

LA CUESTIÓN DEL DESARROLLO, EL DESARROLLO EN CUESTIÓN

El legado Nuestroamericano

 

José Francisco Puello-Socarrás

Miembro Comité Científico Revista Inclusión & Desarrollo

Palabras pronunciadas dentro del lanzamiento de la Revista Inclusión & Desarrollo, Corporación Universitaria Minuto de Dios

Bogotá, DC, 21 de julio de 2014.

 

  1. Breve genealogía de un concepto

 

Según el Diccionario del Desarrollo, esta palabra fue utilizada por primera vez por Wilfred Benson, funcionario miembro de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), cuando en 1942 se refirió al “Progreso económico de las áreas subdesarrolladas”. Sin embargo, este concepto, seguramente uno de los más importantes de la época contemporánea en tanto actualiza la quintaesencia de la modernidad occidental y su noción de Progreso -, sólo adquirió relevancia pública y una difusión política inusitada cuando Harry Truman, ex presidente de los Estados Unidos, el día de su posesión: el 20 de enero de 1949, la presentó como el emblema de su política exterior: “Debemos emprender – decía Truman – un nuevo programa audaz que permita que los beneficios de nuestros avances científicos y nuestro progreso industrial sirvan para la mejoría y el crecimiento de las áreas subdesarrolladas”. En ese instante histórico no sólo se inauguró el inicio de lo que se vendría a denominar la era del desarrollo sino que también “(…) Ese día, dos mil millones de personas se volvieron subdesarrolladas… [y, añade Esteva] (…) dejaron de ser lo que eran, en toda su diversidad, y se convirtieron en un espejo invertido de la realidad de otros”. Por lo tanto, en principio, la idea de desarrollo connotaba igualmente: “escapar de una condición indigna llamada subdesarrollo” (Esteva, 1996: 53-54).

 

Desde esa época, el Desarrollo, entendido como idea, concepto, paradigma, discurso y, desde luego: prácticas, llegó a convertirse en el referente por antonomasia en los debates económicos y sociales a nivel mundial desde la segunda mitad del siglo XX.

 

El Desarrollo lejos de haberse agotado en algún contenido único, estático o inamovible mostró ser - por el contrario - un campo de múltiples controversias y un debate bastante intenso y dinámico. Alrededor de él se han venido disputando diferentes horizontes y perspectivas, muy a pesar que efectivamente – por momentos – se ha logrado imponer cierta gramática convencional la cual ha minimizado las potencialidades de su significado (Puello-Socarrás 2008, 2013). Afortunadamente, las discusiones en torno al Desarrollo hoy por hoy continúan vigentes. De hecho, todas y todos nosotros seguramente somos testigos - también habría que añadirlo: partícipes - de uno de los momentos más cruciales registrados en la historia de este concepto (y, por supuesto, las prácticas reales que ello implica) en tanto el Desarrollo se encuentra actualmente en una de las coyunturas más críticas pero también más cruciales respecto a su contenido y orientaciones hacia el futuro. Incluso, deberíamos insistir aquí: el desarrollo estaría en medio de una profunda redefinición.

 

  1. Crisis global y el legado latinoamericano para repensar el Desarrollo

 

Acabamos de decir que el Desarrollo es una de las ideas más controversiales de la era contemporánea. Sin embargo, la coyuntura actual resulta ser un tiempo histórico muy especial.

 

No resultaría una novedad registrar aquí que actualmente nos encontramos en medio de una de las crisis más espectaculares del sistema capitalista. Como lo ha sentenciado el mismo Papa Francisco durante una congregación en Cerdeña, Italia en 2013: “el capitalismo es el causante del sufrimiento en el mundo…”; y, refiriéndose a la actualidad de la crisis capitalista, hoy vigente, dijo: “No es un problema que afecta sólo a Italia o a algunos países europeos… es la consecuencia de un sistema económico mundial que provoca esta tragedia”) (bit.ly/1nLzqmW). Así las cosas, se trata de una crisis de largo plazo y que no se limita a ciertos países (es una crisis global) ni tampoco es un problema que atañe exclusivamente a ciertos sectores (la economía o el sistema financiero privados o públicos). Al contrario. Es una crisis multidimensional que se expresa a través de crisis – digámoslo de esta manera - “en minúscula” y que convergen simultáneamente (energética, alimentaria, medioambiental, biológica, ideológica, social y, desde luego, política) (Puello-Socarrás 2011a). Entre tanto, los hechos más recientes de esta Crisis revelan además que, con la exasperación de varios de sus límites, estamos en presencia de una Crisis Civilizatoria, es decir: lo que se estaría jugando hoy por hoy no es sólo una manera de producir y reproducir las relaciones sociales sino que, de la mano de la progresiva profundización de la Crisis (en mayúscula y en minúscula), se estaría poniendo en riesgo la propia especie humana o, al menos, los estándares más obvios de su “bien-estar”. Esta situación por supuesto ha llevado a muchos a considerar la imposibilidad de seguir manteniendo varias condiciones en el paradigma de desarrollo actual (las tasas de crecimiento históricas, solo trayendo este ejemplo que es a la vez el más típico y recurrido; hoy se habla de un futuro global de “crecimiento cero”). Por ello, se ha hecho común asegurar que la mentada era del desarrollo (especialmente en la versión de las últimas cuatro décadas) habría llegado a su final.

 

Lo realmente sustancial que quisiera rescatar de esta breve y apretada síntesis acerca de la Crisis – e igualmente de la crisis en la idea de desarrollo dominante - es que no sólo estaríamos en presencia de una “época de cambios” (no inminentemente catastróficos pues el futuro es aún es incierto), sino que eventualmente podríamos estar en presencia también de un “cambio de época”.

 

Y es dentro de este marco donde el llamado Sur Global, aunque más específicamente nuestra región latinoamericana, NuestrAmérica, viene cumpliendo un rol clave, el cual muchas veces no se ha subrayado lo suficiente y por ello, seguramente tampoco se ha valorado en su justa proporción, precisamente para continuar potenciándolo. Me refiero a que en medio de las convulsiones en las que vivimos, América Latina y el Caribe se ha convertido en un referente global y una reserva humanitaria de discursos y prácticas que han animado a criticar y repensar el desarrollo frente a las versiones más convencionales y, particularmente, aquellas interpretaciones que condicionaron el desarrollo a una versión unidimensional, ciertamente deshumanizante y que generalmente agotaba el desarrollo como una cuestión meramente material y económica preocupada exclusivamente por el bienestar de los individuos considerados aisladamente.

 

Hoy por hoy, horizontes como la Convivencialidad (discutida desde la década de 1960 en México) o el Buen Vivir (sumak kawsay en quichua) o el Vivir Bien (suma qamaña en aymara) – mucho de ellos recogidos por varios académicos e intelectuales bajo el arco comprensivo de un paradigma “más allá del desarrollo convencional” ó como muchos lo definen también: post-desarrollista - vienen recreando recientemente este debate. Vislumbran la necesidad de imaginar e inventar otra forma de convivencia y con ello hacer realidad “Otro Desarrollo (“posible”), un desarrollo alternativo – lo cual en mi propia traducción y haciendo uso de ese mismo juego de palabras quisiera proponer-: un desarrollo ALTERNO y NATIVO (Puello-Socarrás 2011b); y el cual, en diferentes sentidos, permitiría actualizar un legado y una tradición propias e históricas que si bien muchas veces han sido invisibilizados, con el tiempo y poco a poco vienen siendo rescatados y, más importante aún, puestos “en-acción”, “en-actuados”. Sea cual fuere su denominación, la importancia de este acontecimiento ha hecho posible introducir en el debate en torno al desarrollo – entre otras muchas cuestiones - un componente ético y político, tan urgente como esencial para la compleja convivencia humana de hoy y tomar conciencia (antes y no después) que el arte de vivir en sociedad implica además del “estar-bien” como individualidades, el vivirbien aquí y ahora con los otros, y el buenvivir con la naturaleza de la que somos y siempre seremos parte.

 

Aquí valdría la pena recordar que la emergencia de este desarrollo: alterno-y-nativo, además de autóctono y latinoamericano y caribeño, no es un descubrimiento “desde arriba”, ni es una idea privativa de algunos gobiernos (aunque también hay que reconocer que los compromisos políticos por incorporar tales horizontes resultan ser determinantes a la hora de la realización de alternativas auténticas). Antes bien, estas alter-nativas son un producto colectivo y anónimo derivado de distintas luchas sociales y populares “desde abajo”, las cuales por muchos años (habría que anotar: décadas y por qué no aceptar que puede ser una cuestión inclusive ¡de siglos!) han mantenido viva la llama del inconformismo frente a las excluyentes realidades que ha significado el sistema vigente para las mayorías.

 

Por tal razón, el evento que nos convoca a todas y a todos esta noche: el lanzamiento de la Revista INCLUSIÓN & DESARROLLO es un acontecimiento que considero de gran significado para el país, la región y me atrevería a proponer - por qué no: más allá - para las problemáticas que nos atañen como parte del Sur Global. Y lo es, no únicamente en el sentido académico. Resulta aún más fundamental en el propósito de realizar más y mejores contribuciones al debate sobre el desarrollo alter-nativo que merecen nuestros pueblos, especialmente, bajo la rúbrica que por años ha caracterizado el perfil de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. INCLUSIÓN & DESARROLLO desea ser parte – si me permiten la metáfora - ya no de ese espejo invertido de la realidad de otros sino un fiel reflejo de la realidad de nosotros, de nuestras realidades.

 

De mi parte, y en representación del Comité científico de la Revista sólo me queda agradecer a la Corporación Universitaria, a sus autoridades, al equipo de edición e investigativo y, en general, a la comunidad académica que es parte de esta noble empresa, por permitirnos el honor de aportar en este proyecto, al cual le deseo el mayor de los éxitos y una larga vida no sin antes, desde luego, felicitarlos por este primer logro el cual definitivamente es uno entre los muchos otros que vendrán en el futuro.

 

Bibliografía

 

ESTEVA, Gustavo. Desarrollo. In: SACHS, W. (ed.), Diccionario del desarrollo. Una guía del conocimiento como poder, Perú: PRATEC, 1996.

 

PUELLO-SOCARRÁS, José Francisco. “Ocho tesis sobre el neoliberalismo (1973-2013)” en: Ramírez, Hernán, O neoliberalismo sul-americano em clave transnacional: enraizamento, apogeu e crise. São Leopoldo: Oikos - Unisinos, 2013.

 

PUELLO-SOCARRÁS, José Francisco. “Escribiendo un ‘Nuevo Neoliberalismo’”. Anuario de Investigaciones (Buenos Aires: Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP) No. 1, 2011a.

 

PUELLO-SOCARRÁS, José Francisco. “A brief history of antineoliberalism. South American Political Economy and Development Paradigms in the XXIth Century”. Ciência & Trópico Journal Vol. 35, No. 1 (Recife: Fundação Joaquim Nabuco). ISSN 0304-2685, pp. 71-94, 2011b.

 

PUELLO-SOCARRÁS, José Francisco. Nueva Gramática del Neo-liberalismo. Itinerarios teóricos, trayectorias intelectuales, claves ideológicas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, 2008.